Según la subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales, en Chile existen 1.294.136 empresas, de ellas 235.569 son pymes. Muchas de ellas se enfrentan día a día con el riesgo de caer en una crisis financiera, por lo que confrontar estos problemas y desafíos es indispensable para sacar el negocio a flote.
Un concepto que ha surgido en los últimos años en la industria es la resiliencia empresarial. Un método que permite a las empresas continuar con el crecimiento financiero de sus organizaciones. Hoy en Factoring Ahorrochile te contamos cómo aplicarlo en la realidad de tu negocio para que puedas sacarle el máximo potencial.
¿Qué es la resiliencia empresarial?
La resiliencia en sí se define como la capacidad de recuperar el estado inicial, luego de haber sido sometido a adversidades. Esto se puede aplicar al ámbito empresarial cuando hay adaptabilidad frente a cambios repentinos y desafíos impensados en el mundo financiero . Sin embargo, este concepto no solo se refiere a superar las problemáticas, sino que también, saber aprovecharlas como nuevas oportunidades de desarrollo y mejora.
¿Cuál es el origen de este término? Surgió en el ámbito económico a mediados de la década del 70, cuando los expertos de la época comenzaron a estudiar la manera en que los negocios pueden recuperarse y crecer luego de enfrentar un problema. Ya en los años 2000, este tema adquirió mucha más relevancia por el contexto empresarial mundial, marcado por nuevas tecnologías y una gran globalización.
Tipos de resiliencia empresarial
En Factoring Ahorrochile queremos que sepas cuál es la diferencia de los distintos tipos de resiliencia empresarial, que se pueden aplicar a distintas áreas del entorno corporativo. Tales como:
- Resiliencia operacional: Se refiere a la capacidad de restaurar rápidamente las operaciones normales, después de un problema. Luego de la interrupción, rápidamente se vuelve a la normalidad. Esta habilidad implica contar con planes de contingencia, que sirven para tener un protocolo que atienda a estas situaciones.
- Resiliencia estratégica: Es la capacidad de readaptar las estrategias y modelos de negocio, según las necesidades cambiantes del entorno. Es necesaria la exploración de nuevos mercados para aplicar esta idea.
- Resiliencia financiera: Esta aptitud se centra en la capacidad de organización para gestionar sus finanzas, con el fin de prosperar económicamente, a pesar de las adversidades. Para lograr esto, se debe tener una fuerte base de capital, con acceso a líneas de crédito y un flujo de caja estable.
- Resiliencia tecnológica: Implica la cualidad de adaptarse a los cambios tecnológicos rápidos, también la protección contra los ciberataques y las vulneraciones que pueden surgir del internet. Estar en constante aprendizaje tecnológico es clave para evitar transgresiones cibernéticas.
- Resiliencia de la fuerza laboral: Es la constancia de mantener a los trabajadores comprometidos, productivos y también capaces de adaptarse a los cambios. Es promover una cultura de constante aprendizaje y además un bienestar en conjunto. Esto se logra con retribución, y se va creando un ambiente motivado por crecer.
Claves para lograr la anhelada resiliencia empresarial
Pero, ¿cómo aplicamos este concepto en nuestra organización? Para lograrlo, es importante que conozcamos la cultura organizacional, dónde se establecen los valores y reglas que rigen en el espacio de trabajo. Ahí se generan los cambios positivos en los trabajadores, además del desarrollo de liderazgo. Es dónde se organiza y desarrolla el éxito de la empresa.
Algunas recomendaciones para alcanzar la resiliencia, son:
- Enfocarse en la continua mejora, para pulir el actual trabajo y transformarlo en algo más rápido, flexible y ágil.
- Alinear a los trabajadores hacia una mentalidad de resiliencia.
- Desarrollar líderes que tengan la capacidad de transformación en las organizaciones.
- Tener una visión a futuro, para saber enfocar el negocio luego de un problema.
- Tener una comunicación activa con los empleados, para que todos sepan la dirección en la que van y que se trabaje por el mismo objetivo.
- Agilizar la toma de decisiones inteligentes y transformarlas en acciones específicas para optimizar el trabajo, sacando provecho de la tecnología.
- Generar una dinámica de colaboración tanto interna como externa, para que todos tengan responsabilidades específicas.
Establecer un protocolo de resiliencia es importante para tener una respuesta positiva y rápida ante cualquier complicación futura. Todas las áreas de la empresa deben estar alineadas a un mismo objetivo para progresar y desarrollarse tanto internamente como externamente.
Si quieres mejorar tu resiliencia empresarial, sigue estos consejos y contacta a Ahorrochile para aprovechar al 100% el potencial de tu negocio. Encuéntranos en Avenida Apoquindo 3078, Oficina A, Las Condes. También a través del número telefónico +56 9 9333 0639 o al correo electrónico contacto@ahorrochile.cl.
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